viernes, 26 de febrero de 2010

Marcha al Congreso

El día de ayer se realizó la Marcha programada por los trabajadores del Archivo General de la Nación hacia el Congreso de la República. Aunque motivos de índole laboral no me permitieron asistir (creo que fue el caso de muchos más) otros bloggers se encargaron ya de resumir lo que ella significó.
Sobre la actual situación que atraviesa nuestro principal repositorio documental (Gracias Alan) es sintomático constatar cuan poco importa la Cultura en nuestra patria (Cultura entendida en la correcta conservación de nuestro valioso patrimonio documental). De todos los medios de comunicación, solo he apreciado pequeñas notas en La República (hace casi 2 meses) y otra en la columna 5 espinas de la Revista Somos del diario El Comercio (la misma que repetía casi literalmente la nota de prensa enviada días antes por el destacado archivero peruano Cesar Gutiérrez). De todos los historiadores y científicos sociales que cuentan con columnas o programas en los medios de comunicación, solo Antonio Zapata se refirió al tema en una ocasión. La Academia Nacional de la Historia, si bien es cierto emitió un breve y escueto comunicado, no ha hecho más al respecto. Los archiveros están igual. Agrupados en distintas asociaciones se han esforzado en hacer sentir su voz de protesta mediante comunicados y misivas dirigidas a las autoridades, pero sin unión es difícil conseguir algo más sólido. El profesor Miguel Maticorena me comentó que unas décadas atrás existió una Asociación Peruana de Archiveros (APA) de la cual él tuvo el honor de ser presidente. Esta institución desapareció por mezquindades entre los últimos integrantes de su Consejo Directivo, los mismos que ocultaron sus libros de actas deliberadamente, por lo cual ahora son inubicables. De existir aún esa Asociación hubiera su participación sido muy necesaria e importante en estos tiempos de incertidumbre con respecto al futuro archivístico en el Perú. Debe llamarnos a la reflexión entonces, el estar preparados para que en el futuro, podamos enmendar los errores en esta materia que esta cometiendo el gobierno de los faenones. Esta afirmación no es antojadiza, alguien no recuerda acaso la sustracción de 800 cajas con documentos correspondientes a la gestión de Garrido Lecca del Archivo del Ministerio de Salud. Que podremos esperar entonces cuando el actual gobierno tenga la manija de todo el Sistema Nacional de Archivos. Cuantas cosas más desaparecerán tratando de ocultar sus latrocinios y jugarretas.
Como dijo el gran César Vallejo: “Hay, Hermanos, muchísimo que hacer…”
Por otro lado, el blog Archiveros del Perú informa acerca de la profesionalización de la Carrera de Archivos mediante el apoyo de la Universidad Sedes Sapientiae, felicitaciones por ello, hoy más que nunca se necesita gente preparada para velar por nuestro patrimonio documental.
(Foto original tomada del Reportero de la Historia)

domingo, 21 de febrero de 2010

Allpa Kallpa (La Fuerza de la Tierra) 1974

En medio de todo el revuelo que causo la nominación de la película “La Teta Asustada” a la ceremonia de los premios Oscar, y también debido la reciente noticia de que se decidieron a rescatar y poner a la venta distintas películas peruanas en formato dvd , me pareció conveniente recordar en este post a una de las primeras películas peruanas en poner sobre el tapete el género de la denuncia social en nuestra patria. Mi papá me había hablado sobre ella muchas veces pero yo no la lograba ubicar, esto debido en gran parte a que la misma salió de circulación comercial, pues el gobierno de Juan Velasco Alvarado vetó el film a los pocos días de su estreno en las salas limeñas (25 de Julio de 1974). Unos años después otro tanto ocurrió en Argentina donde el General Videla se opuso a su proyección por considerarla “subversiva”. Desde ese entonces el film permaneció almacenado en el país gaucho (de donde proviene también su director: Bernardo Arias). Hace unos pocos años, Tulio Loza (Apurimac, 1939), el protagonista principal de la película, decidió ir en busca del nonagenario director y juntos optaron por remasterizarla y editarla en formato DVD, y es de esta forma como pudo ser nuevamente distribuida (de manera bastante limitada, eso sí) entre los interesados.
Allpa Kallpa es una tragicomedia. Tulio Loza Jr. (el recordado Tulito de los programas cómicos de su padre) nos manifiesta que –salvando las distancias- la película es comparable a la “La Vida es Bella” del italiano Roberto Benigni. En la primera parte del film podemos ver la caracterización de Nemesio Chupaca, el celebre personaje que elaboró y supo hacer famoso Tulio Loza a partir de la década de los 60. Es la imagen del típico migrante que viene a Lima buscando superación y un mejor status y cae en una serie de problemas que hacen que su vida transcurra entre lo jocoso y lo cotidiano. Postula a la Universidad (acá una de las primeras imágenes de esa Lima que se fue, el examen con balotas de preguntas que se efectuaba en San Marcos hasta antes de la década de los 70) y no logra su ingreso, pero miente a sus coterráneos, incapaz en reconocer su fracaso en aquella “Gran Lima”, haciéndoles creer que es Doctor en Derecho. Una vez que decide retornar a su pueblo (el pintoresco poblado de “Pichiuchiuchiu” que simula ser una población recóndita del departamento de Apurimac, pero es en realidad la población de Huasao, Cusco) es recibido con gran alegría por los humildes campesinos que lo vieron crecer desde niño, considerando que él, con su conocimiento de las leyes, bien podría defenderlos de los abusos del “patrón” Vaca de Castro (caracterizado por un convincente Hudson Valdivia, y en su juventud por un sorprendente Ramón Mifflin).
Entonces es cuando el personaje central se entera (tanto por lo que observa en su entorno como también por las referencias de su ex profesor de escuela “Mataburros”) de los continuos abusos que el hacendado ejecutaba en contra de la población aborigen. Podemos ver en la película la ridiculización del “pongo” (que tan bien supo retratar el escritor apurimeño José María Arguedas); los abusos sexuales en contra de las hijas de los campesinos (el derecho de “pernada”) o el “chaco humano” ejecutado contra algún comunero que hubiera osado enfrentar la autoridad de los hacendados, quienes creían que los indígenas de su territorio eran poco menos que cosas sobre las que podían disponer a su libre albedrío. Por ser un mentiroso y un cómico la gente del pueblo pierde las esperanzas en él, pero las circunstancias hacen que deba decidir enfrentar al gamonal y castigarlo por toda esta estela de abusos reiterados.
Pasada ya esta etapa de la historia peruana y con el gran efecto en la memoria colectiva que dejo la violencia vivida en el Ande a partir de la década de 1980, son pocos los trabajos que desde el campo historiográfico se efectúan actualmente por desentrañar las causas de aquella misma violencia y el aprovechamiento de los factores sociales que la desencadenaron y sobre los que tomó ventaja Sendero para incentivarlos. En 1977, Wilfredo Kapsoli (conjuntamente con otro grupo de intelectuales sanmarquinos como Manuel Burga, Wilson Reategui, Manuel Valladares, Antonio Rengifo, además del francés Jean Piel y Alberto Flores Galindo) publicó el libro titulado “Los Movimientos campesinos en el Perú 1879-1965” en el que hace un recuento de dichas revueltas en las cuales se pretendía frenar los abusos ejecutados tanto por el Estado peruano como –principalmente- por los hacendados. Así para el caso específico de Apurimac (que es el tema sobre el que gira la película) se refiere citando al gran historiador de la República don Jorge Basadre (en el Tomo II de su Historia de la República, pág. 562): “En Andahuaylas los indígenas prestaban servicios gratuitos al hacendado, al cura, al juez, al abogado, al alcalde. Estos por ser autoridades o tener una posición social algo distinguida no querían vivir del trabajo de sus propias personas sino del sudor del indio”. Unos años antes, en 1973, José Antonio Flores Marin y Rolando Pachas Castilla investigaron e hicieron un recuento de los sucesos sobre estas revueltas encontrados en los diarios limeños entre 1900 y 1920 (y que fue incentivado por Pablo Macera para su publicación). En el libro –titulado "Luchas campesinas en el Perú 1900-1920"- podemos apreciar que precisamente Apurimac (tan solo superada por el Cusco) fue uno de los lugares con mayor número de levantamientos en dicho espacio temporal. No nos debe llamar la atención entonces que Sendero viera aquí un lugar sobre el cual ejecutar sus sangrientos planes de poder, empujando de manera forzada a las poblaciones rurales a apoyarlos en su proyecto de terror tratando de enarbolar reivindicaciones sociales a costa de muchas muertes (la zona de “Oreja de Perro” ubicada en la convergencia de los departamentos de Apurimac, Cusco y Ayacucho, fue una de las mas convulsionadas a partir de los años 80 según el Informe final de la CVR).
Por muchas de estas razones expuestas el film fue vetado, a pesar de que en su discurso reivindicaba muchas de las ideas que propaló “la revolución” velasquista, como el tan repetido “¡Campesino, el patrón no comerá mas de tu pobreza!”, sin embargo al afrontar de esta manera el conflicto social, dándole al pueblo el papel reinvidicativo y no al orden establecido (los militares) configuraba un mal ejemplo que debía de evitarse y esto fue más latente debido al gran poder de convocatoria que tenia entonces Tulio Loza (Su primera película "Nemesio" –según lo comentado en el libro "Un cine reencontrado" de Ricardo Bedoya- fue un gran éxito en taquillas, llegando a congregar a 300000 personas en 4 semanas, todo un suceso para esos años). Por ello la película, a pesar de contar con un reparto nada despreciable (la famosa Cuchita Salazar, la modelo y actriz mas famosa y deseada de los años 70s, Zully Azurín, Martha Figueroa, Luis Abanto Morales, Raúl García Zarate, Jorge Pool Cano, Guillermo Campos, etc) además de colaboradores como Eulogio Nishiyama en Fotografía (de la llamada escuela del Cusco que ya había participado además en films como Kukuli y Jarawi) fue quitada de las salas de cine y permaneció oculta hasta nuestros días.
No obstante la película logro reconocimiento fuera de nuestras fronteras. Gano la segunda mención honrosa en el Festival de Moscu de 1974, siendo una de las pioneras en lo que refiere a Films peruanos premiados a nivel internacional (Unos pocos años antes, en 1967, una película de Armando Robles Godoy llamada “En la Selva no hay estrellas” había logrado el primer lugar en el mismo concurso).
La gentileza de la familia Loza (el gran Tulio Loza, abogado sanmarquino además para mas señas y su hijo Tulio Loza Jr.) permitieron que pudiera tener acceso al dvd y poder rescatarlo un poco del olvido colectivo. Estoy seguro de que en un futuro próximo alguno de los muchos Centros Culturales con los que cuenta la ciudad, se animaran a proyectar esta película, importante por todo lo manifestado hasta aquí, y permitirá que más gente pueda conocer esta singular obra del cine peruano. Si desea adquirirla puede escribir al correo: atencion@tulioloza.com El costo es de 30 soles por dvd. Un avance de la película, así como la opinión del director y personajes vinculados al film se puede apreciar también desde aquí.
Actualización 27/08/2013: Desde hace unos meses, el Sr. Tulio Loza decidió poner la película completa disponible desde Youtube, aquí el link: http://www.youtube.com/watch?v=Mn8WH3eidd8

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